CARACTERIZACION DEL PERIODO EN EL PLANO NACIONAL
Nicolás García (*)
La fracción burguesa dominante apátrida, es el peón nacional del proyecto de Mundialización Capitalista y representa los intereses del Macro-Estado Mundial en formación. Su rol es acelerar la Globalización y la Transnacionalización, imponer las privatizaciones, la desregulación aduanera y monetaria, completar la dolarización de la economía y la flexibilización laboral total. Y, reducir el Estado a un rol represivo deshumanizado, exterminador de cualquier brote de descontento.
La fracción burguesa dominante ha asumido la responsabilidad de mantener el tutelaje militar sobre la sociedad civil, mantener una adecuada institucionalidad congruente con el sistema neoliberal y garantizar el control de la casta política en el Congreso y en el Gobierno.
El recambio desde la dictadura pinochetista a -la gobernabilidad en una democracia limitada y tutelada, para mantener el modelo neoliberal, fue decidido por el Imperialismo, Fue un recambio pactado entre las FF.AA., la Derecha económica, la Iglesia Católica y la Concertación, en 1988 en Washington. Con este pacto se logró además, desmovilizar a las masas y a la izquierda consecuente.
El binominalismo conformado con ese pacto -- para que Washington aprobara el recambio -- ha seguido funcionando, pero no es solamente electoral, funciona para mantener la gobernalidad, profundizar el neoliberalismo y abrir el país totalmente a la globalización, o sea colonizado. El binominalismo funciona en lo electoral en base a un pacto secreto (secreto a voces) entre la Derecha recalcitrante representada por la Alianza por Chile (RN y UDI), y la Centro-Derecha reformista y socialdemócrata representada por la Concertación (DC, PS, PPD y los exPR).
Si la Concertación fue presentada como una alianza de centro-izquierda hace 20 años: -- falseando su origen y la historia de las fuerzas que la conformaron -- hoy día se saca la máscara y se muestra como lo que realmente es: una alianza de Centro-Derecha mantenida unida para seguir administrando el modelo neoliberal y repartirse las prebendas del Gobierno y del Parlamentarismo, cumpliendo con su tarea: el maquillaje de la institucionalidad heredada de la Dictadura. Mantenida unida, para seguir engañando a los trabajadores y al pueblo. Mantenida unida, para seguir recibiendo los favores del imperialismo y la confianza de los poderes fácticos.
La izquierda chilena se encuentra muy reducida y disgregada. Todavía no se recupera de la derrota de la UP y del fracaso histórico en la construcción del socialismo en la URSS y en el campo socialista. Todavía no se recupera, del retroceso mundial que ha sufrido en el plano internacional el proletariado en los últimos 30 años. Todavía no se recupera, de la falta total de vanguardias políticas que orienten hacia la reorganización y la unidad a los trabajadores y del pueblo. La izquierda pareciera creer eso de la “muerte de las ideologías” y que la utopía marxista descansa en paz, para felicidad de quienes profitan de este mundo monopolar.
El Partido Socialista (PS), ha involucionado del marxismo a la socialdemocracia y de la socialdemocracia al neoliberalismo. Definitivamente los socialistas, han pasado a la psudoizquierda. No se han renovado, han renegado del socialismo. Olvidaron los fundamentos y principios del socialismo fundacional y también programático de 1948. Olvidaron la lucha y los sacrificios de los trabajadores durante décadas, y muy especialmente en el momento del trágico fin de la UP “cuando fueron impulsados a tomar por asalto la utopía, con las manos vacías, con las manos desarmadas”.
El reformismo PC persiste en mantener una línea política que lo lleva a confundir los principios y la estrategia – con las tácticas – cayendo repetidamente en el oportunismo político -- en busca siempre de la “revolución democrático-burguesa” del pasado estalinista -- en busca de un PS de izquierda que no existe -- en busca de algunos miserables cupos en la Centro-Derecha (Concertación) -- que cogobierna con la Derecha histórica. La Concertación ha utilizado los votos de los sectores llamados extraparlamentario en la segunda vuelta, en las dos últimas elecciones presidenciales. Todo, para que la Concertación siga profundizando el capitalismo salvaje.
Esa verdad no la quiere entender el PC. Más bien dicho los comunistas “históricos”, burócratas a sueldo, que han vuelto a controlar su dirección. Sin embargo, siguen arrogándose la representación de la “izquierda”, cuando en verdad, se encuentran aislados por sus decisiones, que desorientan a sus bases, a sus juventudes y confunden a los trabajadores y al pueblo. Está demostrado, que las posiciones colaboracionistas y reformistas, siempre llevan a la destrucción a los partidos proletarios.
Pero, por otra parte, la izquierda clasista y revolucionaria sigue confundida, dispersa y desarticulada. Sin embargo, se van decantando las conciencias y la necesidad de la unidad para fortalecerse, la convicción que una nueva fuerza de vanguardia deberá conformarse sin dogmatismos ni sectarismos, sin hegemonias añejas, pero de acuerdo a Principios. Su funcionamiento deberá ser profundamente democrático y su Programa deberá surgir desde el seno del pueblo, de las necesidades sentidas y reclamadas por los trabajadores y por las organizaciones sociales.
(*) Secretario Político del Bloque por el Socialismo Revolucionari
Subsecretario de Gobierno en la CP del PS 1971-1973
